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¿Cómo tener amor propio?

26 de junio de 2025 por
¿Cómo tener amor propio?
1234567890, Enrique Jacome

El amor propio no nace de la nada, ni se construye solo con frases positivas. Es un proceso de sanación profunda, que muchas veces requiere mirar al pasado, reconocer las heridas y aprender a acompañarnos desde la comprensión y el perdón. Para quererse de verdad, es necesario hacer las paces con lo que dolió, abrazar nuestra historia y comprometernos con nuestro bienestar emocional.

El inicio: crear un espacio interior de calma

Para comenzar este ejercicio de amor propio, es importante buscar un lugar tranquilo, sin distracciones. Estar a solas y en un estado de relajación ayuda a conectar con uno mismo de forma más profunda. Sentarse cómodamente y hacer tres respiraciones lentas y conscientes puede marcar la diferencia. Inhalar, contener el aire unos segundos y exhalar suavemente nos permite entrar en un estado de mayor serenidad.

Viajar al pasado con intención de sanar

Con los ojos cerrados, se puede iniciar un pequeño viaje interior. La idea es recordar momentos difíciles de la infancia, situaciones que causaron dolor o dejaron marcas emocionales. Puede ser una experiencia, una persona, una palabra o una emoción que aún sigue viva en el presente.

En lugar de huir de ese recuerdo, se trata de tomar conciencia de cómo nos hizo sentir. Visualizar a nuestro "yo niño" en ese momento, con sus miedos, tristeza o soledad, y acercarnos con cariño y protección.

Abrazar a nuestro niño interior

Imaginamos que nos acercamos a ese niño herido que fuimos y le extendemos la mano. Le abrazamos con ternura y le decimos que ya no está solo, que ahora estamos aquí para cuidarle, protegerle y acompañarle. Le aseguramos que nadie volverá a hacerle daño y que puede sentirse seguro con nosotros.

Le decimos que le queremos, tal como es, con todo lo que ha vivido. Reconocemos su dolor y le damos permiso para soltarlo. Esta visualización es un acto simbólico pero poderoso de sanación y reconciliación con uno mismo.

Volver al presente con conciencia renovada

Poco a poco, abrimos los ojos y volvemos al presente, con la conciencia de que somos dignos de amor y respeto. Nos damos cuenta de que hemos comenzado a sanar, y que el amor propio nace del compromiso de cuidarnos, de protegernos y de honrar nuestra historia.

Este ejercicio también nos invita a servir, a compartir desde el corazón, a dar lo que queremos recibir. Al amarnos, podemos amar mejor a los demás. Al sanarnos, estamos en mejores condiciones de ayudar.

Agradecemos por este momento de conexión y por la oportunidad de volver a empezar. Sentir gratitud hacia una fuerza mayor, hacia la vida o hacia el universo, puede dar aún más sentido a este proceso.

Buscar más caminos para amarse

El camino hacia el amor propio es diverso. Existen muchas formas de profundizar, como explorar terapias del niño interior, realizar ejercicios de escritura emocional, asistir a talleres de crecimiento personal o seguir contenidos en redes sociales que nos ayuden a mantenernos en contacto con esta parte vulnerable y valiosa de nosotros.

Amarse no es un destino final, es un camino que se recorre todos los días con paciencia, verdad y compasión.